Herramientas Fundamentales
Jim Self - Mastering Alchemy
Parte 4
- Centro de la Cabeza
Juguemos
con esta primera herramienta. La primera
herramienta es muy simple, como ya he dicho. Es localizar el centro de tu cabeza. Ahora
bien, todos saben más o menos dónde está el centro de la cabeza, pero ¿pasas
algún tiempo en el centro de tu cabeza?
Hay una razón para la pregunta, porque fuimos creciendo y a lo largo de la vida
mamá/papá/maestra/sacerdote parece que tuvieron mejores ideas que nosotros. ¿Recuerdas? ¿Alguien se ha metido en el centro de tu
cabeza? ¿Has tenido un padre o madre que
dijo: "Haz lo que te digo" o bien "Eso no está bien"? Y alguien te grita y sientes como si te
hubieran volteado fuera de tu cuerpo y sabes que te lleva un rato recuperarte y
volver adentro. Lo que sucede en esa
situación particular, que te volteen fuera del cuerpo, es que abandonas el
centro de tu ser, en este caso el centro de tu cabeza, y allá vas afuera. Luego, cuando regresas, cuando empiezas a
estar seguro, empiezas a recuperar el aliento, a tener percepción conciente de
ti mismo, entonces vuelves.
Pero una de las cosas que suceden es que esa
orden, ese castigo, ese reto, esa invalidación, todavía permanecen allí; se
meten en el centro de tu cabeza y cuando regresas no entras del todo, no
completamente, no consigues recuperar la capacidad de administrarte a ti mismo,
y te gritan otra vez, o te invalidan de nuevo, te empujan fuera de tu cuerpo
otra vez. Tu seguridad es incierta, intentas volver al centro de tu cabeza, no
estás seguro de si tienes permiso suficiente para experimentarte a ti mismo.
"¿Estará bien? ¿Me aprobarán?" Todo eso ha sido conducido por los
pensamientos y el punto de atención de otras personas que has ido conociendo en
tu vida. Ellos todavía están en el centro de tu cabeza. Algunos de ellos ya ni
siquiera tienen cuerpos, sin embargo "Bueno, mi mamá no aprobaría esto. Mi
abuelo se disgustaría si yo hiciera esto." ¿Conoces esos conceptos?
Ahora
bien; algunos no tienen nada de eso, o muy poco. Otros tenemos bastante de eso. Es la energía
que controla el permiso, que controla el entusiasmo, que controla la aventura.
"No creo poder hacer eso."
Entonces: encontrar el centro de tu cabeza y empezar a reconocer que es
el centro de la cabeza tuya, y que todos los demás solo son visitantes. A medida que empiezas a entrar allí realmente
tienes la capacidad de decir: "Esto es mío, te pido que te retires."
Cuando empezamos a jugar con esta plataforma de "certeza" y
"capacidad", en comando de tu presencia, en tiempo presente, capaz de
establecerte en el centro de tu cabeza y echar a alguien de ese centro, la
experiencia se vuelve muy valiosa.
Juguemos
con esto entonces. Repito que es muy simple; déjame contarte qué haremos y
luego te muestro cómo es, y luego lo hacemos. Te pediré dentro de un momento que lleves tus dedos y
los pongas así, los coloques en las sienes, el lugar blando, más o menos a la
altura de las cejas, y te pediré que cierres los ojos e imagines una línea que
une las dos puntas de los dedos. Quiero
que te establezcas allí y como que la mires por un momento, y luego te pediré
que cambies los dedos y pongas uno justo por encima de la nariz, en la frente,
y el otro justo detrás de la cabeza, e imagines otra línea recta entre ambos
puntos. Te pediré que lleves tu punto de
atención al lugar donde esas dos líneas se cruzan.
Ahora
bien, si has estado observando, parecerá así: tus dos dedos van a las sienes y
una línea conecta los dos dedos. Luego rotas los dedos, uno sobre la nariz en
la frente y uno detrás de la cabeza, trazando otra línea. Ese lugar de
intersección de las dos líneas es el centro de tu cabeza. Por favor lleva tu
atención al centro de tu cabeza. El pedido será que estés justo en el centro de
tu cabeza, y luego mires a través de tus ojos - aunque estarán cerrados - y
permítete "ver" la habitación.
Juguemos a esto.
Toma
una respiración, recuéstate en tu asiento y cierra los ojos - otra respiración
- y toma conciencia de ti mismo tomando conciencia de ti aquí sentado. Lleva
tus dos dedos índices y los pones de punta en las sienes, en ese lugar suave a
cada lado de la cabeza, y tómate tu tiempo (pausa).
Dibuja
una línea imaginaria, los ojos cerrados, así tendrás la sensación de dónde está
cada dedo, y traza una línea con la imaginación. No puede salirte mal, no
necesitas pensar mucho, solo estás jugando, de modo que traza toda esa línea,
ten una sensación de ella (pausa) y
luego mueve los dedos; uno va a la frente por encima de la nariz, y uno justo
detrás de la cabeza y luego trazas la otra línea (pausa).
Vas a tener una
sensación de dónde se cruzan las dos líneas. Será justo por encima del centro
entre tus dos ojos, pero detrás de los ojos.
Luego sigue y baja las manos. Toma una par de respiraciones más y por
favor vuelve a estar detrás de tus ojos; nuevamente, no pienses mucho. Relaja
el cuerpo. (pausa).
Toma
otra respiración; no hay apuro. Y ahora ten sensación de ti mismo en este
espacio. Y otra vez toma conciencia de la respiración. Respirar te permite
estar en tiempo presente. Estar justo detrás de los ojos, con curiosidad,
conciente de ti mismo, en tiempo presente.
Ahora, más o menos, mira a tu alrededor. No ves nada. Mira alrededor (pausa) y luego prueba si puedes
permanecer detrás de tus ojos y permitir que lentamente los ojos se abran.
Mientras abres los ojos ten conciencia de ti mismo, no sientas necesidad de ver
nada, solo toma conciencia de ti tomando conciencia de ti. Y luego quédate
detrás de los ojos y mira a la habitación, (pausa),
gira lentamente tu cabeza, mirando la
habitación desde detrás de los ojos. Tú sabes exactamente cómo es la habitación,
de modo que no es realmente importante verla o pensarla. Solo toma nota de ti
mismo tomando nota de ti mismo. (pausa).
Y
ahora otra respiración. Ahora parpadea, mueve la cabeza a uno y otro lado,
palmea tus muslos, sentado, toma otra respiración. Ahora fíjate: ¿todavía estás
detrás de tus ojos? La respuesta más probable es que no. Porque te mueves a un lugar que es tú mismo,
pero tal vez no te quedas mucho tiempo allí.
Ahora
les explico un par de cosas. Tenemos una
tendencia a alejarnos de nosotros mismos, una tendencia a ir al mundo exterior,
una tendencia a apartarnos, movernos un poco más lejos, como en círculos
concéntricos, nos movemos más lejos. A
veces puedes estar más o menos aquí en el centro de tu cabeza, "Hola, te
veo", muy presente, "Estoy calmo, estoy concentrado" y otras
veces nos movemos hacia afuera, como " Eh, ¡hola! ¿Cómo te va? ¡Qué bueno
verte! Qué lindo día tenemos,"
Bueno estas dos son cosas diferentes. Ni buenas ni malas, solo que uno
se aleja de sí mismo y se tiene que traer de vuelta. Pero suele suceder que
aquí es donde nos experimentamos a nosotros mismos, y allá afuera es donde no
nos permitimos regresar aquí, porque mamá/papá/maestra/sacerdote y mejores
amigos muchas veces dijeron que no hacíamos las cosas bien. "¿Por qué te
compraste este vestido verde? Te quedaría mucho mejor en azul." ¿Sabes? A
ti te parecía muy lindo en verde, y como tu mejor amiga dijo que hubiera sido
mucho mejor en azul, no vuelves a usar el vestido. Entonces, tenemos una tendencia a depender
del mundo exterior para que nos valide, y también dependemos del mundo externo
para que nos invalide.
Ahora
juguemos con esto una vez más, y te voy a pedir que durante los próximos dos o
tres días te vuelvas consciente de esto. A medida que jugamos con estas herramientas,
te daré otro conjunto de herramientas que te dará la capacidad de reconocer la
invalidación de alguien; no de hacer de eso un tema personal, sino reconocerla.
"Esto no me pertenece, no es mío". Y te daré herramientas al final de
esto para permitirte moverlos fuera del centro de tu cabeza. Por ahora, juguemos con esto una vez
más.
Por favor recuéstate en tu asiento otra vez
y toma una respiración. Permanece aquí.
Toma nota desde el centro de tu cabeza: mira alrededor otra vez, a la
habitación, como lo hiciste momentos atrás, solo ve la habitación (pausa) y toma conciencia de estar en el
centro de tu cabeza. No puedes hacerlo mal.
Y estando en el centro de tu cabeza, toma nota de ti mismo tomando nota
de ti mismo. Lo que pasa aquí es que haces esto todo el tiempo también, es como
empezar a pensar y la habitación se sale de foco; traes tu atención de vuelta
al cuerpo. Te voy a pedir que estés
justo en el centro de tu cabeza y tomes nota de ti. Permite que los ojos
enfoquen, mira hacia adentro, luego permite que los ojos se cierren mientras
tomas una respiración (pausa, ojos
cerrados).
Nota
qué pasa cuando cambias tu punto de atención pero permaneces en el centro de tu
cabeza. ¿Puedes percibir conscientemente
un recuerdo de ser feliz? Permanece en el centro de tu cabeza mientras percibes
eso. Nota cuán rápidamente, cuando digo recuerdo
de ser feliz, una imagen salta a tu mente y recuerdas algo (pausa).
Déjame
hacerte otra pregunta. ¿Recuerdas un momento en que viste algo hermoso? No
necesitas pensarlo; en la mayoría de los
casos con solo poner el punto de atención en el concepto, en este caso de la
belleza, aparece una imagen. Ahora, de
la misma manera, nota cuán rápidamente sucede la percepción cuando te digo:
¿Alguna vez alguien te dijo que no estabas bien, que no hacías las cosas bien?
¿Quién era? Para mí, fue el Sr. Beers en
el segundo año del colegio, el profesor de geometría que también dirigía el
equipo de fútbol y a quien yo no le gustaba en absoluto. Otra respiración.
Ahora
deja que la imagen se vaya, y trae nuevamente tu atención a esa imagen de ser
feliz (pausa) y nota tu respiración. Nota en el cuerpo el
sentimiento de ser feliz cuando evocas ese recuerdo.
Ahora
deja que el recuerdo se vaya, y toma conciencia de estar presente y estar aquí
ahora, como mirar alrededor: "Justo aquí, aquí estoy." Otra respiración. Respirar es aquí muy útil.
Ahora
bien, aquí va un pequeño cambio. Por
favor toma conciencia de ti mismo en el centro de tu cabeza. Nota: "aquí
estoy, y estoy más o menos mirando por mis ojos." Ahora bien, tus ojos están cerrados pero
trátalos como ventanas, aunque estén cerrados. Mira a la habitación en que
estás sentado; ojos cerrados. Sabes exactamente cómo es la habitación, de modo
que parte de esto es visión clarividente. Hablaremos de eso en otra ocasión;
parte de eso es recordar. Pero con tus ojos cerrados, mirando a través de tus
ojos, mira a la habitación en que estás. Simplemente mira la habitación: allí
está la puerta, allí está la ventana, allí el piso, allá la mesa, lo que sea;
simplemente mueve tu cabeza y nota qué hay frente a ti allí mismo. Nota cuán
silencioso está - o no. ¿Tal vez hay alguien que dice "Oye, te dije que no
hicieras esto."? Otra respiración,
siéntate allí un poco más con los ojos cerrados y en el centro de tu cabeza (pausa).
Luego
nuevamente toma conciencia de la habitación, es como si estuvieras mirando a
través de tus ojos cerrados, toma una respiración, ten conciencia de ti mismo y
lentamente permite que tus ojos se abran y no vean nada; simplemente toma
conciencia de ti conciente de ti mismo en el centro de tu cabeza. Parpadea un par de veces, mueve los dedos de
los pies, mira la habitación, toma otra respiración (pausa) y tal vez otra respiración más (pausa).
Ahora
toma conciencia de ti. ¿Estás más tranquilo, el cuerpo está más relajado?
¿Estás en tiempo presente, a diferencia de cuando empezamos, que tal vez tenías
tu atención dispersa allí afuera en esos círculos concéntricos, como diciendo
"Sí, aquí estoy, estoy aquí, lo que sea, háblame."? Pero ahora nota
que hay un poco más de una presencia: "Yo estoy aquí."
Ahora
bien, todas estas herramientas se combinan, pero esta es muy útil. Cuando
consigues estar en el centro de tu cabeza, cuando te permites mirar por tus
ojos y reconocer, "Estoy mirando por mis ojos" en lugar de "Ah,
sí, veo todo". Con "aquí estoy,
mirando por mis ojos" el cuerpo tiende a alinearse y aquietarse. También tiene la capacidad para empezar a
proceder con lo que está en el exterior sin "ir a" lo que está en el
exterior.
Ahora
bien; eso puede sonar muy simple; es simple, pero no necesariamente fácil
porque, repito lo que dije antes, somos como un tren de carga a 90 millas por
hora y yo te digo, "Relájate, dobla a la derecha" y el cuerpo dice "¡Epa! ¡No comprendes!" Sí que comprendo; pero si puedes empezar a
estar en el centro de tu cabeza vas a empezar a notar que ves, oyes y
experimentas cosas que sueles saltear muy a menudo por estar alejado de tu
cuerpo.
De
modo que te voy a sugerir que en los próximos dos o tres días, cuando entras en
meditación, por ejemplo, primero vayas al centro de tu cabeza. Cuando estés conduciendo el coche toma
conciencia: "Estoy conduciendo y estoy observando desde el centro de mi
cabeza". Cuando estás en una conversación, nota cuando es "Eh, hola,
¿cómo te va?" y cuando es un tranquilo "Un gusto verte, ¿cómo te
va?" Dos relaciones muy distintas con
tu cuerpo en tu percepción conciente.
Entonces juega con
esto, y la próxima vez que nos encontremos, me gustaría hablar de cómo piensas. Porque en realidad piensas desde diferentes
capas, y cada una de estas capas te permiten crear, observar y ocuparte de ti
en el mundo que te rodea de modo diferente.
Si
estás en un estado de miedo o ansiedad, generalmente te vuelves a un punto de
referencia para tu seguridad, y desde allí vas a pensar. Pero de hecho tal vez no es allí donde
realmente está tu seguridad, y tu capacidad para moverte a un nivel distinto de
pensamiento hace todo mucho más cómodo para ti y para tu experiencia de ti
mismo.
De
modo que en el próximo paso hablaremos de las capas de pensamiento y cómo se
perciben desde el centro de tu cabeza.
Transcripción
y traducción del video: M. Cristina Cáffaro
Para quienes deseen
hacer la práctica, el audio de este texto está grabado y se puede escuchar o
descargar en: https://soundcloud.com/user-432200915/06-parte-4-centro-de-la-cabeza